Un objetivo del Polo Formativo del fin del Mundo (PFFM) es hacer una exploración y un ensayo sobre los modos en que los temas de la cooperación y la solidaridad internacional y del desarrollo son abordados y comprendidos.
Hay una mediación central, un eje quees a la vez un nudo en esto: las maneras con que se habla de estos temas. Ya sea que se trate de los actores implicados, de terceros, del modo en que se documenta o registra, de las reflexiones que orientan la acción, o de las conceptualizaciones que sostienen la tarea o surgen de ella.
Esto se puede sintetizar en una cuestión: los modos y los recursos con que CONVERSAMOS sobre estos temas.
Los documentos y las producciones del PFFM apuntan a hacer una aporte en ese sentido, desbalaceando, o probando desbalancear, cierta saturación del lenguaje, pero también de los modos de debatir y dialogar sobre los temas. Recogiendo conversaciones que puedan aportar diferencial, y volcando lo producido con ellas a nuevas conversaciones.
No es claro que pueda lograrse, pero hacemos el intento.
La que sigue es una conversación surgida de la lectura de los 4 documentos disparadores del PFM, entre Claudia De Lisio, Nestor Borri y Santiago Barassi, de Argentina, y Simone Lehman de Alemania.
Se rescata aquí como un aporte para ir completando los documentos y abrir nuevas conversaciones.
Al formular las ideas disparadoras de los cuatro ejes del PFFM, vimos la importancia de esto: no promediar todo en el lenguaje ni en la amplitud o generalidad de las agendas propuestas. Muchas veces nos ha generado una trabazón intelectual pretender que todos pensemos igual en los mismos temas, o que hay unas pocas diferencia que son matices nomás, pero en el fondo creer que coincidimos. Y algunas veces es cierto, pero en muchos casos lo que resulta es una homogeneidad del lenguaje y los conceptos, que dejan afuera los debates que enriquecen y las tensiones que dinamizan. Lo hemos vivido aquí, en el diálogo sur-norte, con sufrimiento, tratando de destrabar esa cuestión. Y después, la dificultad entre los distintos actores de la sociedad civil para hacer presente y hacer valer la diferencia e incluso los antagonismos en el abordaje de los problemas. Se sube hacia palabras y nomenclaturas muy abarcativas que contienen más dimensiones pero dejan de nombrar con fuerza o precisión. ¿Cómo tomar este problema como algo motorizante y no algo a solucionar en el sentido de “eliminar”?
1- Los modos de abordar-hacer y nombrar la transformación
Nestor: Nuestra propuesta es empezar a trabajar sobre las reacciones de Simone desde Alemania. El gran desafío es, desde lo que dice y desde las cosas que venimos haciendo ¿cómo generar un diálogo que haga diferencia ? Una cosa interesante es empezar a dialogar pero no sólo ni tanto desde cómo se suma lo que decimos a documentos previos o posteriores, sino hacerlo para generar una nueva dimensión, sin pretender incorporar todo. Seguir. Si vemos que falta algo, presentarlo como lo que falta, y desarrollarlo. Después vemos cómo se incorpora
- Uno de los desafíos en la elaboración de conocimiento colectivo , de uso en equipos, de carácter orientador para las instituciones y prácticas, es cómo incorporar matices y diferencias sin promediar en exceso los planteos, volviéndolos generales y, en última instancia, neutros.
- Mantener la capacidad de interpelación de los textos – de los planteos, en realidad, también en el momento en que estos se transforman en textos-documentos – y al mismo tiempo darles marco colectivo o institucional es una tarea no sencilla. En ese sentido, poder reflejar los dilemas, e incluso las confrontaciones implica generar documentos-diálogo, al mismo tiempo que se toma partido.
Simone: Primeramente quiero agradecerles. Me pareció un documento que, leído desde la perspectiva alemana, es provocante, pero también de mucha riqueza. Estimula el diálogo y la reflexión, y en ese sentido me parece excelente. El reto es dejar eso como ya terminado, y empezar a compartir algunas reflexiones que si me gustaría documentar para tener un enlace más directo con algunos procesos que estamos llevando en este momento en MISEREOR, y con otros que son pensamientos más de continuación, de seguimiento. Hay acentos e inquietudes nuestras que tienen que ver con la mirada sobre la transformación social, que para nosotros en general se menciona y entiende siempre como transformación socio-ambiental, y con cuestiones relativas a procesos y actores, como las nuevas generaciones o las migraciones, que son centrales. Quizás no aparecen con la misma fuerza en los documentos
Nestor: Esta bueno lo que dices, porque todas estas cosas son relativas a cómo componer una conversación eficaz. Simone plantea cuatro cosas en su correo .
– La primera es cómo nombrar la transformación. ¿Por qué transformación social y no socioecológica?
– El segundo tema planteado es el de los jóvenes y las generaciones, tal cual lo dijo Simone recién.
– El tercero es el tema de las migraciones y de la movilidad humana,
– El cuarto es en referencia al proceso constitucional en Chile.
A nivel general, sobre estas cuatro cuestiones, podemos decir: ¿cómo se construye una agenda de reflexión? ¿Qué entra primero y qué no? ¿Cómo se construyen las agendas que en la cooperación internacional, y en cualquier diálogo global, constituye el catálogo de lo que se conversa? Por un lado, ¿que entra en la primera fila? Por otro, ¿con qué prioridad?, y por último, ¿con qué palabras se menciona? En la denominación de la agenda ya se marca una cancha. Esta fue la reflexión que me surgió sobre todo con el último tema de los documentos que es la cooperación internacional, pero que es la cooperación en general, desde la pandemia hasta nosotros cuatro. Y otro comentario para hacer es: ¿qué debe estar incorporado desde el principio para que los textos provoquen pensamiento pero tengan alguna posibilidad de generar algo más que textos?
Se trata además de cómo componer documentos con potencia, reflejar la conversación y que esta resulte eficaz. Estos cuatro temas, nos llevan también a cuatro resonancias de los planteos iniciales:
– La cuestión de la transformación y la (no) mención de la dimensión ecológica, que es central en las formulaciones de Misereor, lleva a la cuestión de los acentos y las dimensiones relevantes en la transformación, las prioridades y lo que es capaz de articular un enfoque
– La cuestión de la juventud, los jóvenes y generacional, a los actores y, quizás, a los factores de innovación o dinamismo, y más en general a quienes quedan adentro o afuera de las preocupaciones de la reflexión o de la acción.
– Las migraciones y la movilidad humana en general nos llevan a la cuestión de que es conflictivo o controversial, y en qué términos, para cada una de nuestras sociedades o instituciones, pero también a la cuestión de los temas que se globalizan desde el norte o el siur, el centro o la periferia,
– La referencia al proceso de movilización y protesta en Chile y la convocatoria a un proceso constituyente, y los modos en que la cooperación puede involucrarse en eso, habla de las escalas, del tipo de proceso considerado pertinente y valioso , de los modos en que acercarse a procesos complejos y macro, y, claro, de los países considerados de renta media donde la cooperación internacional en general decide no participar, pero que luego se muestran como focos de conflictos y protestas debido a problemas ocultos por las estadísticas o las clasificaciones de los organismos multilaterales o de la opinión generalizada en el campo de la cooperación.
2- La dimensión ecológica
Simone: Con respecto al problema medioambiental, ¿qué es lo que pasa en Argentina? ¿No existe la discusión? ¿No se lo menciona? ¿No es una prioridad? Lo primero que quiero entender es por qué no está.
Claudia: Un modo de verlo es que hay otros temas que son más prioritarios, pero cuando vos pensás el cambio social siempre está subyacente lo ecológico, desde cómo se piensan los procesos hasta cómo se piensan las acciones para llevar adelante. Quizás el tema no está puesto con todas las letras, pero atraviesa los procesos sociales. Cuando pensás en términos de las organizaciones, tal vez lo ecológico como tal no está, pero si lo medioambiental .
Santiago: Es interesante como dato que la dimensión ecológica no haya surgido como parte nuestra en la reflexión, sabiendo que es uno de los ejes que atraviesa la cooperación internacional. Pero mirado desde el contexto de los documentos, que son redactados desde esta “periferia anómala”, como la llamamos se puede tratar de volver sobre algunos de estos elementos que decía Néstor: cómo se organizan las agendas de cooperación, qué palabras se usan para denominar y en qué marco se construyen los temas y sus denominaciones.
Con respecto al tema medioambiental pensaba en algo bien concreto. Una de las experiencias que recabamos se llama Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT).[1]
Hace poco la UTT hizo un “tractorazo”, una marcha por las calles con sus tractores de trabajo, hacia la Plaza de Mayo, tratando de visibilizar la producción agroecológica de las periferias de la ciudad de Buenos Aires en el centro. El eje de la UTT está constituido en función del trabajo y no de lo ambiental. Pero cuando uno empieza a introducirse en la experiencia organizativa de la UTT lo que esta donde discusión es la transición agroecológica dentro de lo que es el formato de producción agraria en la Argentina. Ahí se ve un poco la característica que tiene Argentina en lo que es su matriz organizativa, donde aparece mucho más fácil la impronta del sindicato antes de que lo medioambiental se sitúe en la estructura de la organización. Esto quizás pueda ser reflejado en el documento, e incorporado desde esa lógica. La identidad o las formas en torno a la cual se dan los procesos de organización en Argentina tienden a ser más vinculados a la dimensión del trabajo que a tomar en su identidad, como impronta rectora, el tema medioambiental.
Néstor: Pensando en aquello de cómo se construye la agenda, aparece esto: la importancia de saber poner la diferencia como lo que motoriza. No promediar todo en el lenguaje ni en la amplitud o generalidad de las agendas propuestas. Muchas veces nos ha generado una trabazón intelectual pretender que todos pensemos igual en los mismos temas, o que hay una sola diferencia que son matices nomás. Lo hemos vivido aquí, en el diálogo sur-norte, con sufrimiento, tratando de destrabar esa cuestión. Y después, la dificultad entre los distintos actores de la sociedad civil para hacer presente y hacer valer la diferencia e incluso los antagonismos en el abordaje de los problemas. Se sube hacia palabras y nomenclaturas muy abarcativas que contienen más dimensiones pero dejan de nombrar con fuerza o precisión. ¿Cómo tomar este problema como algo autorizante y no algo a solucionar?[S2] Es fundamental porque tiene que ver con cómo se estructura una conversación y, en última instancia, una cooperación. Yendo al primer tema, el de “cómo se nombra” la transformación, la denominación de MISEREOR es “transformación socioambiental”. Eso incorpora un montón de cosas que nosotros muchas veces tenemos por supuestas, otras que no tenemos, otras que sí pero nombramos de otra manera, pero también en las discusiones de la cooperación internacional a veces está ausente la dimensión política de la transformación. Uno podría decir: ¿por qué dice transformación socioecológica y no sociopolítica? Una cosa que siempre me preocupa del término ecológico, no por lo que tiene en sus fuentes sino por lo que tiene en su resultado, es que tiende a disolver los conflictos porque es muy general. También hay veces en que hablar en nombre o en clave de la política también “disuelve”. Y en los dos casos se termina hablando más “ideológicamente”, que de transformaciones concretas. Y es claro: si uno dijera transformación “política-socio-ecológica” con todos lo demás conceptos que puedan incorporarse, la lista y el término compuesto sería interminable. Hay una cuestión referida a “dónde poner la ecologico”. La Laudato Si fue una referencia directa. La encíclica le agrega al tema ecológico tal como es tratado en Europa la cuestión social. Hace lo que ya había hecho la Teología de la Liberación. Esa es la jugada del “Maquiavelo papal”.[S3]
Claudia: Y en esto que se disuelve a veces también se instrumentaliza. Porque si el eje es solo la discusión ecológica, termina siendo una crítica muy instrumental. Borra todo lo demás.
Simone: Recién decían que no están hablando de transformación socio ecológica porque justamente es una discusión que viene desde una perspectiva más bien europea. Lo que no entiendo es porque el documento disparador no incluía estas reflexiones de ahora diciendo, por ejemplo, “mira, no estamos hablando con este término, que está más bien de moda, pero conscientemente de ello por tales razones”.
Néstor: Hay que remontarse a la fuente de por qué esta “transformación social” como uno de los ejes. La cuestión de las teorías del cambio o de las experiencias “efectivamente” transformadores circula en la reflexión de los actores con que actuamos. Viene de cierta ninqhietudm icluso de cierto desencanto o decepción, en todo caso hay una sensación generalizada de que lo que hasta ahora estaba naturalizado como transformador, ya no lo es. O de que el carácter de las transformaciones y el modo en que se manifiestan no es el de siempre. En esa perspectiva, entre otras cosas aparece un énfasis muy grande en algo que es la subjetividad, lo micro, los estilos de vida. Entonces, en torno a la transformación hay un campo de debates para armar. Hay que ubicar el tema transformación en un campo de cuestiones que no está dado a priori por ningún actor, y que no puede ser promediado, sino solamente recorrido. Ecológico/social/político/subjetivo arma un buen cuadrado inicial para discutir.[S4]
3- La cuestión generacional
Con el tema juventud pasa un poco lo mismo. Nosotros dimos por supuesto el tema, y por otro lado, no. Cuando dijimos “¿cómo lo vamos a representar?” fue muy clara la opción de poner a chicos raperos y del hip hop, que es el leit motiv del momento. Pero después no aparece como tema en los documentos. ¿Los jóvenes son un tema o son una imagen general que sostiene esto? Por otro lado, en Argentina tenemos unos niveles de participación juvenil bastante altos. Quizás por otros carriles, pero es alto. Entonces nosotros damos por supuesto el énfasis, lo que no quita que haya que tratarlo. Por un lado se trata de los jóvenes, pero también se trata de lo generacional en un sentido que no tiene que ver con la edad. Es un dato de la historia. Los actores logran articularse en su acción en torno a algo más nuevo o actual que hace diferencia con lo anterior, y eso es más importante que la edad. Hay un diálogo entre la edad y la generación. En el período 2001-2015 de Argentina se generó una renovación de los actores, y en esa movida le fue posible volverse joven a mucha gente, a personas que habían sido jóvenes en los setenta. Muchos fuimos jóvenes con los jóvenes. Otro enfoque es como tomar el tema juventud sin disolverlo. Hay toda una retórica que a veces termina quitando sustancia al quiebre. Pero el punto de cruce entre nueva generación y edad juvenil hay que tratarlo. Vale la pena de ser tratado.
Santiago: Cuando estuvimos reunidos una de las cuestiones que plantee era analizar lo que estaba pasando con las nuevas generaciones. Creo que ahí se toca un poco con la estructura de las agendas temáticas, y el modo de abordar los temas de la cooperación. Hay una mirada sobre las juventudes y las generaciones que lo trata como tema, o dimensión, como podría ser transición agroecológica o nuevas tecnologías. En ese sentido, con Néstor hablamos de que hay que tratarlo, en vez de como un tema más, como parte de, o vinculado a, la transformación social. A veces, además de ser actores, las nuevas generaciones son indicadores. Cuando empezamos con el relevamiento de experiencias pudimos identificar que en esos espacios se trabaja con jóvenes. Los jóvenes no están ausentes del mapa de actores. El tema de las nuevas generaciones y la juventud merece una reflexión que trate de incorporar y complementar la transformación en sí misma. Y al mismo tiempo saber cuáles son las miradas que se tienen desde la cooperación sobre la juventud, qué se está pensando, qué se espera encontrar. Ahí también son interesantes las características de la participación y la organización de la juventud en Argentina. En las últimas elecciones entró como legisladora porteña una chica de diecinueve años, la más joven de América Latina. Más que considerarla como una chica maravilla o de genio, nos hace preguntarnos por lo que está pasando en ese segmento de la sociedad para que la política tenga que incorporarla dentro de sus listas en tanto representa una facción importante que está tomando la palabra en la opinión pública. Entonces, me parece que sería valioso incorporar una mirada sobre cómo aparece la cuestión generacional en los procesos de transformación, y tratar de abrir un poquito la discusión sobre qué es lo que la cooperación internacional está esperando encontrar en las nuevas generaciones.
Claudia: Yo insisto mucho con que a veces se instrumentalizan los temas. Cuando pensamos en líneas de cooperación, en definitiva después terminan siendo cuestiones específicas donde los temas aparecen como en una receta: un poco de juventud, un poco de género, un poco de cuestión medioambiental. El enfoque respecto al rol y los impactos de este trasvasamiento generacional (para que no sean solamente los jóvenes como en un limbo, sino una construcción) me parece interesante, sobre todo con respecto a la política. Se dio en Argentina, lo vimos en Chile, y también aquí en Uruguay. Es un proceso que aflora en los últimos años, y merece ser reflexionado. Eso va retroalimentar lo que se plantee MISEREOR para cooperaciones futuras.
Simone: Cuando nos vimos con Néstor la última vez en una reunión, me impresionó mucho que una mujer de edad mediana dijo: “soy hija de una madre de plaza de mayo, y madre de una chica de pañuelo verde”. Eso para mí fue algo muy simbólico. Hay algo de que no son ni los ancianos ni los jóvenes, sino que hay que ver lo global.
Néstor: Desde lo que dice Simone, a mí me suena que la cuestión generacional es el cruce de lo biográfico y la manera de relacionarse con el conflicto y el acontecimiento que te politiza y te lleva a lo colectivo. Eso uno puede verlo en los jóvenes de una manera particular.[S5] Al igual que Ofelia, la legisladora más joven, me viene a la mente Greta.
Simone: En contraposición a eso que ustedes cuentan, aquí hubo mucha resistencia de la juventud cuarentena general. Los jóvenes salieron a los parques, a las riveras del Rhin, a celebrar sus días libres de escuela mientras que los ancianos están con miedo. Y ahora, esto me lleva a una pregunta que se sale del tema ¿Cómo se siente que por primera vez en la historia se cancele el Día de la Memoria? ¿Cuáles son las alternativas?
Néstor: Es muy fuerte. En el centro de la Marcha de la Memoria hay un grupo de mujeres que es de edad mayor. Está la multitud, pero en el centro están las viejas locas. Es toda una cuestión de marchar de otra manera. Es fuerte, pero habla de la gran capacidad de adaptación del movimiento de Derechos Humanos, que además empezó por dentro, en la clandestinidad, ante un exterior hostil. Cuando empezamos a hablar del PFFM, había puesto como uno de los movimientos que son emblemáticos de América Latina el de los Derechos Humanos. En la marcha, con Simone, comprobamos de que hay algo singular para aprender, para conmoverse, pero además para pensar. Impacta mucho pero ya está planteado como marchar estando en casa. ¿De qué otra manera componer lo común siendo que estamos como estamos? La reacción fue inmediata, se dijo enseguida que se iba a hacer otra cosa.
Santiago: Lo que está en tensión es el rol de los organismos de DDHH. La Marcha de la Memoria es masiva, pero siempre está la discusión interna por la consigna y el modo en que se convoca. Y eso quizá suscitó ahora un foco de tensiones y discusiones. El lema que quedó es “No marchamos, pero no olvidamos ni perdonamos”. Entonces nosotros también nos preguntábamos: ¿qué hay que poner en el centro? ¿El hecho de no poder marchar? No es por polemizar con los organismos, pero el movimiento y la marcha son mucho más grandes que lo que es hoy en día es el organismo (sin quitar el valor simbólico de la palabra de las abuelas). Más en un momento en el cual hay un shock y una apertura de nuevas lecturas para asumir qué es el compromiso colectivo. Por ejemplo, esto que decías de los jóvenes en Alemania. ¿Cuál es la solidaridad intergeneracional? [S6]
Claudia: Retomando lo que decía Santiago, está el tema de las nuevas formas de pensar y de hacer política. A veces los análisis que hacemos quienes tenemos cierta edad no nos permite posicionarnos en estos nuevos esquemas, que son importantes de rescatar. Vos tenés ahí ciertos preconceptos de que los jóvenes están despolitizados y descomprometidos, y no es verdad, sino que los jóvenes tienen otros modos de pensarse y de estructurarse. Las cosas alternativas que se plantean a la marcha tienen que ver con estos esquemas. Muchos de los organismos tienen un factor generacional que les impide pensarse de otras maneras para un tema que ya es de la sociedad, y no de los organismos. Es uno de los pocos temas donde hay confluencia de distintos actores y miradas y sigue siendo muy convocante.
Néstor: Hay una reflexión que algunos nos hicimos en Argentina durante el macrismo, y es que si bien nosotros siempre tuvimos una capacidad de movilización muy alta, mientras tanto el neoliberalismo había encontrado como reinar dentro de las casas. Mientras nosotros ocupamos el espacio público, las casas estaban colonizadas por la política neoliberal. El modo de hacer campaña de los partidos neoliberales fueron los timbreos, visitar a cada uno en el umbral de su propia casa. Ahora, con la pandemia, los militantes estamos dentro de las casas. Esa es una cosa para pensar. Otra cosa: el que habla siempre de que hay que volver a conectar a los viejos con los jóvenes es el Papa. Lo dice todo el tiempo de una manera empática que al principio me llamaba un poco la atención, pero que ahora queda en la escena de una manera muy clara. Del mismo modo que aparece la cuestión de cómo se transfiere la memoria en todas las sociedades. En primer lugar es importante poder desmitificar el tema de la juventud, sacarlo de ese lugar de la innovación, de la novedad, sino admitir que la condición de la novedad es estar conectado con lo viejo.
Claudia: Uno podría pensar en una película de ciencia ficción donde se mueran de pronto todos los viejos. Sería el final de la memoria.
Néstor: ¡Y justo en un momento donde estamos frente a la pregunta de cuantos viejos se van a morir”!
Claudia: En el tema de la memoria hay una experiencia de un trasvasamiento generacional desde las Madres y las Abuelas a las agrupaciones de H.I.J.O.S. Ahí se hizo una construcción histórica y de acompañamiento por esto de pensar que las madres y las abuelas van a morirse antes y hay que trabajar juntos.
Néstor: No por nada la primera gran marcha de derechos humanos durante el macrismo fue la del 2×1, un gran pase de pañuelos, el símbolo de las madres.Gestos de trasvasamiento generacional y al mismo tiempo de novedad.
4- Migraciones y movilidad humana
Santiago: En Argentina el problema de la inmigración más reciente que vivimos son diversos enfrentamientos entre los senegaleses y la policía. Hubo/hay un foco tensión que involucró inmigrantes, fuerzas de seguridad, Estado, movimientos de migrantes. Argentina, en eso de “periferia anómala”, ya también por sus características geográficas, históricas, de abundancia de territorio, sigue habiendo un valor y una concepción de la migración con bastante mirada democrática. Si bien hay tensiones, no se puede estructurar un discurso xenófobo en torno al tema de migraciones. Tal vez funcionó en su momento con los migrantes bolivianos y paraguayos, pero después con su proceso de integración medio que se licuó, sumado al gran crecimiento económico de Bolivia y Paraguay. Quizás el modo de aprovechar la reflexión de la cooperación desde una mirada de la anomalía argentina es pensar la cuestión de cómo funciona esa otra migración de los hijos europeos que vuelven a cruzar el océano a buscar oportunidades allá. Una de las cosas que está exponiendo esta crisis pandémica es que en los últimos cuatro años se había reactivado el proceso de argentinos con pasaporte europeo que viajaban allá huyendo de las reiteradas crisis económicas. Es interesante, porque la migración no es solo una cuestión exótica (de otras etnias y religiones), sino también de latinoamericanos, blancos, profesionales, que viajan a Europa, y que la pandemia va a poner a repensar el tema de la circulación de los cuerpos a lo largo del mundo, en general. En Argentina, entonces, está la posibilidad de pensar esto: 1) Procesos de integración medianamente armoniosos, 2) Ese otro flujo de migración, no solo la de los descartados, sino de los que tienen dentro de sus trayectorias biográficas sus identidades genéticas en esa migración del siglo XIX, que hoy genera esta nueva migración. Generalmente son de segmentos sociales altos, y no se autoperciben como migrantes.
Simone: En la percepción alemana, históricamente Argentina es un país de migraciones. Hoy leí un artículo de una chica de 26 años de Córdoba que acaba de establecerse hace una semana en una ciudad cercana a Colonia para trabajar como enfermera. Y claro, su madre ya tenía miedo de que ella fuera a viajar al centro de la pandemia, pero a su vez sabiendo que la situación es más controlada en Alemania. Es un panorama amplio. Pero dejando a un lado este sentido amplio de la movilidad humana, las interconexiones de que una enfermera argentina de repente está al otro lado del mundo es algo como cotidiano también ¿no?
Néstor: Argentina, además de ser un país de migración norte-sur, es un país de escala intermedia para los países limítrofes, aun en estos momentos de crisis económica, debido justamente al sistema de salud, educativo y a la universidad gratuita. Es un país receptor de migración sur-sur. Ahí hay una cosa para pensar, interesante para incorporar al espectro. Ahí puede estar bueno construir una mirada con los compañeros que están más en ese tema. Argentina es un país de identidad migrante y eso los dicen los gobiernos de derecha y los populares, pero también es un país de un gran racismo interno. Un gran síntoma de eso es el tema de los venezolanos. Son un síntoma de que no son rechazados, de que son extranjeros pero como vienen de un régimen totalitario los aceptan. Ahí cambia la escena de qué es ser xenófobo y ser solidario. Es sintomático que el mismo gobierno (Macri) que endureció las leyes migratorias en Argentina recibió masivamente a los venezolanos. Igualmente, como con todo lo que estamos conversando, ahora, con la pandemia, todo entra en una nueva pantalla.
Santiago: Creo que en argentina está la posibilidad de generar reflexiones sobre el tema migratorio con la posibilidad de alternar las coordenadas del mapa. Funcionaria diferente a como podría pensarse en Ecuador, a Bolivia, a Paraguay. En Argentina el tema de las migraciones incorpora la larga memoria de los abuelos, la migración sur-sur de los países limítrofes, y hasta también el flujo de argentinos de un estrato socioeconómico alto que regresan a Europa. El mapa de las migraciones permite entrarle de una manera más completa y rica. Esto es parte de lo que decimos de Argentina como un lugar para pensar y reflexionar. De algún modo, los procesos globales impactan de otra forma acá.
Claudia: Sí, y esto se conecta con la cuestión generacional. Estas migraciones limítrofes son de jóvenes que se incorporan a la dinámica del país y a su vez, los que migran a Europa, también.
Néstor: Capaz con Santiago podemos acercarnos a esos amigos que están más en el tema para construir una mirada, y ver si esta hipótesis que acá estamos manejando medio de costado sirve para aportar algo o en realidad no.
¿Cómo componer la narrativa y el imaginario de lo que es migrar? Tomar los emblemas, las imágenes centrales de la inmigración, y ponerlas en un panorama más amplio. [S7]
Simone: Lo pregunto porque es un tema que me mueve, me atraviesa por la geografía, pero también por el hecho de que es un tema en el que queremos profundizar y necesitamos hacerlo en la cooperación, por motivos obvios o no tan obvios..
Néstor: Además de ser un tema de coyuntura y de época a la vez, el tema político-histórico, o quizás lo que representa como metáfora o síntoma, la migración es “por donde se sale”… De la pobreza, del subdesarrollo, del sufrimiento. O, paradójicamente, por qué no, del capitalismo. O de la pandemia. Moverse, salir. Y, en la migración y en estas series en las que se inserta, el problema es también, claro, a donde entrar. Dónde ir. Si acaso hay afuera. Si Italia era el centro de las migraciones desesperadas, ahora se hablaba de la posibilidades balsas del Mediterráneo cruzando en sentido inverso, o de la vuelta al campo o a las montañas…
Claudia: En eso la pandemia ha tenido episodios y aspectos potencialmente aleccionadores, Algo pueden haber vivido quienes no son migrantes y quedaron varados en cruceros en sus propios puertos. Ojala les sirva para reflexionar ¿no?
Santiago: En ese mismo plano, hay pueblos turísticos acá en Argentina queriendo expulsar italianos, cosa nunca imaginada. El valor relativo del pasaporte cambió absolutamente.
Claudia: Acá en Uruguay los estudiantes que organizan siempre un viaje a Europa después de recibirse tuvieron que salir desesperados a pedir pasaporte uruguayo porque con el europeo no podían entrar a ningún lado.
5- Chile: de país emergente a proceso constituyente
Néstor: Bueno, nos queda el tema de Chile. Es sintomático que estemos hablando de Chile cuando era el país clásico del que la cooperación tenía que retirarse y de hecho en gran medida se retiró. Era el país emergente, el más evolucionado, y ahora el primero que reaparece en la lista de preocupaciones. Vale decir también que otro síntoma es que, el mismo país que aparecía como no prioritario por múltiples motivos para intervenir desde la cooperación internacional o las agencias de solidaridad,
Y aparece no en términos de la pobreza estrictamente, de los movimientos, de las experiencias, sino en un conflicto social general y en torno a un problema tan polémico como es una nueva constitución. ¿Cuál es el paradigma de lectura política de la cooperación internacional y cuál es la comprensión de la clasificación del mundo en “países emergentes”, “países desarrollados”? ¿Cuál es la relación desarrollo/democracia? ¿Cómo se leen los procesos políticos de América Latina? Ahí está toda la comprensión de los llamados populismos latinoamericanos, la comprensión de Venezuela, y de países como Uruguay y Chile. Yo me alegré mucho cuando el otro día Marcus y Simone me hablaron de esta reflexión que se está haciendo MISEREOR en el sentido de decir que hay una cuestión de fondo que les toca, pero es de otro color de lo que les viene tocando. Es interesante para pensar otra lectura de la conmoción. Lo que mueve a ver a Chile está vinculado con la revuelta. Pero creo que es solo una de las figuras que nos tiene que llamar a ver la cuestión política fondo, y también a reubicar temas como los de “incidencia” y “escala”. Ese el gran tema que aparece con Chile y que para mí está último en esta lista: la concepción propiamente política de la transformación social. Y también, cómo comprender América Latina, Argentina, el sur y la política en general. Eso es todo un tema, que invita, sobre todo a tematizar de otra manera la cuestión de la incidencia y las políticas públicas. Una Constitución no es algo del nivel de las “políticas públicas”, es algo que de cierta manera hace al antagonismo central en las sociedades. es el punto donde se pasa de las políticas a la política, y quizás también de la política a lo político. Lo cual abre para la cooperación y para las organizaciones sociales, dimensiones sobre las que, a veces, actúan, pero respecto a las cuales no tienen conceptos apropiados para tematizarlas.
Santiago: Obviamente que la revuelta tiene algo de estallido que visto por intelectuales de izquierda tiene una lectura romántica, casi estética. Circuló mucho la foto de la bandera mapuche flameando en la Plaza Italia tomada por la gente. Pero me parece interesante pensar los estallidos sociales también como un fracaso de los movimientos históricos para canalizar las discusiones políticas y las discusiones en términos más programáticos. La revuelta genera muchas incertidumbres en torno a cómo puede devenir el procesos político chileno. Si la revuelta es simplemente un momento de fiebre social que después se aplaca, ¿cuál va a ser después el recorrido? Lo mismo con el gran debate en América Latina respecto al tema de las constituciones. ¿Generamos una nueva constitución para que después no esté su correlato en términos de organización y de fuerza social para hacer cumplir un texto más democrático, con un nuevo paradigma de justicia social? Ahí también hay un desafío importante para la cooperación, porque en definitiva la discusión ahora es cómo reorganizar un nuevo orden social en Chile. Lo que queda claro es que el anterior orden social voló por los aires, lo que supuestamente estaba tan ordenado y cohesionado de pronto mostró los baches que tenía. Entonces, con este estallido y revuelta, ¿qué se hace? ¿Qué liderazgos y mediaciones, en términos de organización, hay para poder procesarlo? Ahí hay todo un elemento que la cooperación internacional y MISEREOR tiene que pensar porque es realmente un interrogante, y lo que pase en Chile va a ser significativo sobre todo en los países de la costa pacífica (Ecuador, Perú, Colombia). Hay una tendencia de que los países de la costa tienen cierta similitud en los procesos. Es una reflexión importante para hacer.
Claudia: Lo que dice Santiago me parece interesante en cuanto se trata de pensar los procesos más regionalmente. Y vuelven a conectarse estos procesos con el tema juventud. Para MISEREOR es también un desafío poder mirar regionalmente y no caso a caso. Esa impronta no está en las miradas de la cooperación.[S8]
Simone: Es otro de los intentos que estamos haciendo de saltar de las perspectivas, ni siquiera por países, sino también regionales y continentales.