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FEMINISMO POPULAR

El feminismo es un movimiento global y contracultural que ha ido ganando posiciones a lo largo del siglo XX y con una centralidad aún mayor en lo que va de éste. En Argentina, la irrupción en la agenda pública a partir del #NiUnaMenos marcó un hito a partir del cual se desenvolvió una discusión y movilización exponencial. El crecimiento del movimiento de mujeres en Argentina generó debates intensos y profundos en los diferentes ámbitos sociales, políticos, culturales y religiosos, constituyéndose en una referencia para la región. Así mismo, al interior del feminismo se han desplegado discusiones y matices interesantes a ser contemplados y caracterizados.

Buscando reflexionar sobre este proceso y, particularmente, sobre la agenda o corriente denominada “feminismo popular”, hemos propuesto desde el PFFM un conversatorio con Pate Palero, Directora Ejecutiva de “Católicas Por El Derecho A Decidir”, y Alejandra Arce, Secretaria de Mujer, Género y Diversidad del municipio de Río Grande, Tierra del Fuego. 

FEMINISMO POPULAR

En el video de la entrevista pueden escucharse en extenso los planteos Pate Palero, Directora Ejecutiva de “Católicas Por El Derecho A Decidir”, y Alejandra Arce, Secretaria de Mujer, Género y Diversidad del municipio de Río Grande, Tierra del Fuego. 

A su vez, a continuación compartimos algunos extractos e ideas fuerza sobre las experiencias personales en este proceso de crecimiento del movimiento de mujeres en Argentina, los desafíos de la institucionalización de la agenda del feminismo, la singularidad del feminismo popular y los posibles límites de este proceso.

UN PRIMER TESTIMONIO: EL FEMINISMO EN LA EXPERIENCIA PERSONAL

Pate Palero:

  • Conversar sobre feminismo popular tiene que ver con mirarnos desde lo popular como lo más amplio, lo que nos puede abarcar más ampliamente como ciudadanía, democracia, y acceso a derechos. 
  • El feminismo y los movimientos de mujeres argentinos tienen una mixtura muy particular e interesante. Hay elementos de nuestra tradición que desconciertan a otras miradas. Por ejemplo, cuando me encontraba con colegas españolas me preguntaban “¿El peronismo es de izquierda o de derecha?” Ahora les tengo que explicar también que ademas de ser peronista y feminista, soy catolica. Esa complejidad, esa rugosidad de lo popular bien propia de nuestro país, nos deja navegar entre las etiquetas con mucha libertad, flexibilidad, y dinamismo.

 

Alejandra Arce:

  • El desafío que toca al feminismo en este tiempo, acá en Río Grande pero en general en Argentina, es construir desde la función pública. En mi ciudad, desde el colectivo de mujeres no teníamos ninguna instancia pública para resguardarnos. Hoy, con una nueva gestión en la ciudad, nos vemos en el desafío de gestionar e institucionalizar una política de género, diversidad y mujer desde el Estado. Es un punto de llegada de mucho trabajo y lucha, pero el desafío es dejar algo institucionalizado en la ciudad para el día en que nosotras ya no estemos acá. 
  • Otro desafío es que la gente comprenda que el feminismo no es un movimiento del momento o que está de moda. Tiene bases conceptuales, luchas históricas, muchas de las cuales existían antes de la irrupción del #NiUnaMenos en 2015 y que tal vez no se reconocían, o todavía no se reconocen, como propiamente feministas.
 
 

ENTRE LA INSTITUCIONALIDAD CRECIENTE Y EL ENCUENTRO FECUNDO DE LAS DIVERSIDADES: ALGUNOS LÍMITES A REPLANTEAR

Pate Palero:

  • Que el feminismo se haya vuelto institucional y pertenezca al Estado nos plantea un montón de preguntas. ¿Cómo seguir siendo un movimiento de transformación cuando una ya es parte de la institución que rige y legisla? Mucho más sencilla es la rebeldía, estar a la defensiva y en un lugar de oposición. Pero cuando tenés que dar cuenta y respuesta a toda la población empiezan las contradicciones propias de la sociedad que hay que contemplar. La inserción estratégica en la política sigue siendo una deuda del feminismo. Las decisiones políticas siguen siendo androcéntricas y en un sentido patriarcal.
  • Los movimientos de las diversidades tuvieron en los últimos años una gran transformación política. Pero debemos empezar a pensarlas con lo propio del contexto actual. Porque hay momentos donde se generan sectarismos realmente preocupantes. La fragmentación a veces se convierte en un límite para avanzar, porque disgrega no solo la identidad sino la totalidad de las demandas. 

 

Alejandra Arce:

  • Un feminismo de perspectiva popular debe tener como límite la no violencia hacia otras mujeres. Sea porque piensan distinto, porque creen en la organización social de otras maneras, o sea porque fueron criadas con otros valores. En los barrios donde no está el Estado muchas veces están las iglesias, evangélicas o católicas, conteniendo a la comunidad. Por eso, cada vez que pienso una política pública tengo que pensarla para todas las mujeres que conforman la comunidad. No solo para las feministas o están de acuerdo con la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).
  • Es importante para el feminismo en su conjunto dimensionar que las mujeres de los barrios populares sostuvieron la comunidad en la crisis pandémica, con los cuidados sanitarios y liderando los comedores y merenderos. También que son las mujeres las que van y asisten a las instituciones del estado para luchar por los derechos de sus hijos o pedir módulos alimentarios. El límite del feminismo aparece cuando no logra entender las vivencias que ha tenido otra mujer ni sentir como compañera a quienes no expresan el mismo ideario político o ideológico que nosotras tenemos. 

“Los movimientos de mujeres de Argentina tienen una mixtura muy interesante. A mis amigas españolas les tengo que explicar que soy feminista, peronista y católica. Esa rugosidad de lo popular nos deja navegar entre las etiquetas con mucha libertad.

EL FEMINISMO POPULAR FRENTE A OTROS MOVIMIENTOS O FEMINISMOS. APORTES E INTERPELACIONES

Pate Palero:

  • A mí el feminismo me ha nutrido como militante y como sujeto político. Me ha dado herramientas para convivir en la diferencia. Quizás en la dimensión política los varones han sabido construir una forma más “mafiosa” de encubrimiento de las diferencias, mientras que las mujeres tienden a explicitarlas. Pero es interesante como los feminismos diversos hemos aprendido a convivir con las diferencias.
  • Lo que pasó en el 2015, con el auge masivo del #NiUnaMenos en las calles y las redes sociales, fue ocasión para que nuestras consignas y problemáticas se democratizaron. Tuvieron una expansión que llegó a todos los lugares. Antes había espacios donde era muy difícil que se entendiera nuestra denuncia a los femicidios, la violencia de género y el machismo. Y fue estratégico que algunas compañeras periodistas descubrieran el feminismo en el 2015, porque son un montón los crímenes antes silenciados que ahora se empezaron a denunciar. 

 

Alejandra Arce:

  • El feminismo popular tiene la ventaja de enbanderarse con mayor facilidad en lo que hoy se llama interseccionalidades, es decir, que los derechos y los beneficios de la mujeres por los cuales luchamos contemplen las distintas posiciones de nuestras compañeras, mujeres cis, campesinas, indígenas, pobres y también las académicas. Hay que tratar de pensar en la amplitud y diversidad que tiene la propia sociedad.
  • El feminismo popular tiene que ver con la construcción del ideal político que queremos tener como país. Por eso hace hincapié en la inclusión de las mujeres vulneradas, empobrecidas. Estamos reclamando espacios para la contención de las mujeres más postergadas. Y eso es lo que diferencia los valores del feminismo popular con una discusión más académica o universitaria, por momentos sectaria, de la cuestión de los derechos de las mujeres. 

“El feminismo popular tiene que ver con la constucción del ideal poítico que queremos tener como país. Esos valores nos difernecian de lo que son discuciones más académicas y universitarias sobre la cuestión de la mujer”

ALGUNAS PREGUNTAS Y REFLEXIONES: FEMINISMO, IDENTIDAD Y CONSTRUCCIÓN COLECTIVA

Polo Formativo Del Fin Del Mundo:

  • A partir de las conquistas y las demandas todavía abiertas, necesarias y justas que el movimiento de mujeres lleva adelante los últimos años,¿hasta qué punto el feminismo no corre el riesgo de militar un exceso de identidad e identitarismo? Es decir, una cristalización muy militante de la identidad que termina no siendo ni muy social ni muy política, porque limita la composición de lo común. 
  • Cuando se reafirma con tanta vehemencia la pluralidad, la diferencia y la diversidad, ¿no está el peligro de que el campo popular quede opacado por las minorías y el minoritismo, y ahí dónde decimos diversidad esté en realidad la fragmentación? 
  • Estos mismos riesgos traen a su vez cierta tendencia a la cancelación, un movimiento de avance que genera mucha fuerza pero a veces una vigilancia que se cruza con cierta distancia de clase. 
  • En un avance donde hay muchas demandas, todas amplias, significativas, genuinas y justas, ¿los movimientos populares no pueden quedar en una posición fácilmente digerible por los paradigmas dominantes, es decir, que mientras no toquen el corazón del neoliberalismo el poder atiende todas sus demandas?
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Pate Palero:

  • La masividad del feminismo ha sido, a la par de una visibilidad muy necesaria, la ocasión en que se gesten algunas debilidades. Porque la masividad es un poco tramposa. Es un discurso de oportunidad, y a veces el identitarismo lleva a montarse en algo muy superficial y epidérmico. La masividad fue útil para algunos avances, pero acaba por convertirse en un límite porque no está anclado en lo que considero lo verdaderamente potente de toda transformación que es el paradigma de los derechos humanos. El identitarismo se cura con la mirada integral.
  • La cancelación y el comisariato, el cual muchas veces se manifiesta en el feminismo, creo que tiene que ver con un punitivismo contemporáneo. El neoliberalismo nos trafica punitivismo permanentemente. La otredad, para su paradigma, es peligrosa, y eso se nos cuela también a nosotras. Hay ciertos feminismos que se apropiaron de las consignas de lucha sin un marco de derechos humanos.

 

Alejandra Arce:

  • A pesar de los riesgos, hay que recordar que la identidad es algo que nos sirvió mucho a los movimientos. Sirvió para conseguir derechos. Sirvió para llegar a espacios institucionales del Estado. Por ahí la identidad termina siendo excluyente, pero en esa muchedad que fuimos todos estos años pudimos identificar y ser identificadas en una mirada que antes era imposible. Después está el problema de la pluralidad y la diversidad, hasta qué punto son peligrosas o rompen la unidad, y eso es una discusión permanente. Pero es la discusión y la diversidad lo que hace distinto a este movimiento.
  • La cancelación es algo que vivo permanentemente en mi función pública. Al coordinar un espacio institucional somos juzgadas por los colectivos de mujeres de un modo en que no son juzgados los varones que ocupan espacios de poder. Porque si un funcionario tomó una decisión adversa, se carga contra la representante del movimiento que está en el gobierno más que con el funcionario que tomó la decisión que los afecta. Es lo que pasa cuando se forma parte tanto del movimiento de mujeres como de la instancia política que toma las decisiones.  
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